Laura RODRÍGUEZ / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 20.01.2018
Cada 20 de enero San Sebastián de los Reyes celebra su fiesta patronal y revive con fervor una parte importante de su historia: la que da nombre al municipio y lo vincula a la Iglesia de San Sebastián Mártir, construida en el Siglo XVI sobre una ermita ya existente en la que se refugiaron los primeros pobladores y en torno a la que ésta creció cuando, a partir de 1492, los Reyes Católicos fundaron la ciudad.
Por eso, los actos religiosos y las tradiciones más arraigadas protagonizan esta celebración casi familiar en la que, no obstante, participan miles de personas.
La Federación de Peñas puso el toque taurino a la mañana con unas clases de toreo de salón ante la fachada principal de la iglesia, una tentación para mayores y pequeños que, a pesar del frío, disfrutaron, capote en mano, de su minuto de gloria ante los carretones.
Las notas de la Banda Municipal de Música anunciaban, poco después, la apertura de los principales actos religiosos de estas fiestas, marcando el acompañamiento a las autoridades hasta la Iglesia de San Sebastián Mártir, donde tendría lugar la Misa Mayor y desde donde, algo más de una hora después, saldría la imagen de San Sebastián en procesión. Portada, como es costumbre, por los miembros de la Peña San Sebastián, la imagen recorrió las principales calles del centro histórico de la ciudad, una procesión que, nos dicen, sirve sobre todo para agradecer las suertes del año que acaba.
No es de extrañar que, por el mismo motivo, y también como parte de esta tradición centenaria, la música y el baile de los vecinos en la plaza arrope este acto que se cierra con el disparo de una mascletá con la que se anuncia a todo Madrid que Sanse está en fiestas. Este año, con sorpresa, ya que los presentes pudieron disfrutar de un novedoso y llamativo sistema de disparo que arrancó los aplausos.
Pero no acababa aquí la mañana del 20 de enero, día de San Sebastián, que gracias a la colaboración de las asociaciones Defiende Tu Fiesta y Casco Histórico, traía a las calles más céntricas de la ciudad una fiesta para toda la familia, con encierros infantiles con carretones y fiesta de la tortilla a precio especial en los bares colaboradores.