Laura RODRÍGUEZ / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 29.08.2020
La mascarilla no consigue ocultar la pena de quienes, año tras año, protagonizan los encierros de Sanse. Corredores y pastores han entrenado duro durante doce meses con la esperanza puesta en el primer chupinazo, el minuto cero de una cuenta atrás que este año sumará otros 365 días sin detenerse.
Sus historias se cruzan en esta manga: 850 metros que han convertido a estos encierros en un referente internacional. El propio trazado y la velocidad que alcanza la manada en algunos tramos son sus principales señas de identidad. Y, con ellas, un dispositivo de seguridad que es el espejo en el que se miran muchos municipios de España.
Para este 2020, San Sebastián de los Reyes quería potenciar este festejo elevando el nivel de los toros, una propuesta que tendrá que esperar al próximo año. Como algunos jóvenes corredores, que en 2020 no se podrán estrenar.
Duele, pero emociona. Porque así empieza a forjarse la trayectoria de un buen corredor: con ganas.
Para algunos, locura; para ellos, pasión y necesidad. Todos se animan mutuamente pensando en seguir preparándose para correr los encierros de 2021. Porque este festejo taurino con más de cinco siglos de historia documentados en Sanse, solo se han suspendido en dos ocasiones: durante la Guerra Civil y a finales de los años 60. Y aunque en 2020 el Coronavirus haya hecho que se suspendan por tercera vez, los Encierros de Sanse, #LosEncierrosDeMadrid, volverán el año que viene con más fuerza.