Álvaro ARRIBAS / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 27.08.2016
Qué sería de unas fiestas tradicionales sin cabezudos. Un elemento tan típico como efectivo para animar al personal. En Sanse, nos los podemos encontrar todas las mañanas de las fiestas de agosto por la calle Real. En cuanto aparecen la fiesta está servida.
Para los más pequeños son toda una atracción y eso, padres, madres y abuelos, lo agradecen. Estos simpáticos personajes desprenden alegría y buen rollo sin descanso. Y tiene su mérito, ya que el calor que deben soportar sus portadores es considerable. Afortunadamente, cuentan con la compañía de la infatigable charanga la Bandina del Soplo.
Los cabezudos son una diversión no exenta de una parte instructiva, pues sirven de homenaje a los fundadores de Sanse, allá por el siglo XV. Si ven sus figuras inconfundibles, acérquense y no teman, porque los cabezudos nunca le dicen que no a un bailecito.