Jorge G. PALOMO / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 1.09.16
"¡Qué pena me da, qué pena me da, se acaban las Fiestas, nos queda el cantar!”…
Otro año más. Otro manojo de recuerdos, emociones y alegrías en Sanse. Todo comienza con el pregón desde el balcón del Ayuntamiento ante una Plaza de la Constitución muy concurrida. El último día, trazando un círculo perfecto, concluye en el mismo sitio y a la misma hora. Llega el himno crepuscular, el “Qué pena me da”, el colofón de unas fiestas que han cumplido las expectativas previstas. Un balance positivo y sin incidencias, según el alcalde de la localidad, Narciso Romero. Y ahora toca rememorar buenos momentos vividos y pensar en el futuro, en seguir mejorando.
Miércoles, 31 de agosto. Diez de la noche. La música de Pedro María Rivera con la charanga Xoxongorri y el broche de pirotecnia, protagonistas en el adiós de esta convocatoria de Interés Turístico Nacional, vuelven a conmover a los asistentes en un ambiente de cierta melancolía, pero de felicidad por los días compartidos en el centro histórico, el recinto ferial y cada uno de los espacios donde la tradición se ha mezclado con la vanguardia de un programa que nunca falla, que brilla con sus encierros legendarios, la participación ciudadana y un abanico de actividades para todos los públicos. Dicen que lo bueno pasa deprisa. De acuerdo, ya queda menos para el próximo año, pero qué pena nos da.