Jorge G. PALOMO / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 28.08.2015
Las Fiestas de Sanse 2015 han reservado una noche para el rock con un tándem infalible: Medina Azahara y Loquillo. Cuando uno escucha letras de los rockeros míticos tiene la certeza de que otro mundo es posible. “Aprendimos a vivir, aprendimos a luchar, aprendimos a ser libres, aprendimos a soñar”. Lo canta Medina Azahara, la banda que nació en Córdoba hace más de tres décadas y cuyo repertorio es inabarcable. Vibra el Anfiteatro del Parque de la Marina con la ilusión por las quimeras irrenunciables del mejor rock andaluz.
Termina el concierto y aparece la figura inconfundible de Loquillo. Rock and roll en estado puro. Un manifiesto de estilo, libertad, creación y modernidad en una discografía monumental desde los años ochenta. Arte y ensayo. Así lo define el artista de Barcelona, que puede presumir de varios himnos generacionales desde sus primeros acordes junto a Sabino Méndez y Los Trogloditas. Uno escucha “El Rompeolas”, “El ritmo del garaje”, “El Cadillac Solitario”, “Cuando fuimos los mejores” o ese nuevo “Código Rocker” de Loquillo y siente que al rock le queda “La vida por delante”. El rock de Loquillo y Medina Azahara ha conquistado Sanse.