Guillermo ESCOBAR/ San Sebastián de los Reyes, Madrid / 11.01.2024
Los comienzos nunca son fáciles y menos aún para el alumnado de las escuelas infantiles, donde los niños y las niñas deben familiarizarse con un entorno nuevo, en el que además tienen que comer. Conseguir un menú equilibrado nutricionalmente y variado es el objetivo de las personas responsables de su elaboración. Se trata de un trabajo en equipo, que comienza con los dietistas y nutricionistas , que preparan un menú mensual y que finaliza con el personal de cocina, encargado de solicitar los productos y las materias primas y cocinar los platos que se sirven cada día.
Los menús se elaboran atendiendo principalmente a los grupos de alimentos y se intenta introducir variedad para que los menores no se cansen de comer lo mismo. Por ese motivo, cada mes, cambian los platos, porque también se introducen alimentos de temporada y novedades en función del mercado.
Las familias reciben la planificación mensual con consejos que permiten complementar las cenas en función de la comida que haya habido ese día en el aula. Y, lo más importante, pueden estar tranquilas porque los niños comen bien.
Los comedores de las escuelas infantiles se enfrentan al reto de que cada niño se encuentra en un punto diferente en función de los alimentos que hayan ido introduciendo en su dieta. A los 2 años los menores deberían comer ya de todo. Y atención, porque es la edad donde más aparecen las alergias y las intolerancias alimentarias.
Está demostrado que el comedor sirve para que los niños y las niñas disfruten de la comida, aprendiendo hábitos alimentarios más saludables, para que cuando vayan al colegio estén acostumbrados a comer de todo.