Jorge G. PALOMO / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 03.09.2018
Nadie quiere que llegue este momento. Pero cuando llega, lo hace de verdad. Con la voz unívoca y el corazón en un puño. ¡Qué pena me da!
Como en un círculo de trazo perfecto, el epílogo de las Fiestas de Sanse 2018 termina donde arrancaba una semana atrás el prólogo. Entre medias, los buenos recuerdos, la feria de día, la de noche, los encierros, los mil planes para todos los gustos y, en definitiva, el embrujo de una convocatoria de Interés Turístico Nacional.
El balance, en líneas generales, es muy positivo. Así lo considera el alcalde del municipio, Narciso Romero, que ha recalcado estos días únicos en el calendario y ha celebrado que sean cada vez más internacionales. Quedan en el imaginario colectivo los sabores de las alegrías compartidas, el trabajo en equipo, la participación ciudadana y la convicción de que el próximo año vuelve la cita. Con emoción, fervor y variedad de propuestas. Con familiares y amigos. Con las peñas.
Qué pena me da? Lo rugía la muchedumbre, de nuevo, bajo el Consistorio. En el balcón, el cohetero Pedro María Ribera y la charanga Xoxongorri, el arrebato pirotécnico se lanzaba desde más arriba que en otras ocasiones, se oían aplausos y la música se apoderaba de la ciudad para rubricar el adiós a estas Fiestas de Sanse 2018.
Un adiós que, por fortuna, siempre es un hasta luego.