Guillermo ESCOBAR / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 28.08.2017
Inspiración, paciencia, precisión, constancia y ganas de pasarlo bien son los principales requisitos para sacar el máximo rendimiento al Rallye Fotográfico organizado por la Asociación Cultural Pedro Rodríguez el Viejo y Francisca la de Bártulo.
El funcionamiento es muy sencillo y cualquiera con unos mínimos conocimientos de fotografía puede disfrutar de una actividad que consiste en ir recorriendo los lugares propuestos desde la organización cumpliendo unos tiempos muy marcados, como si de un juego de pistas o una yincana se tratara.
El rallye es muy cambiante. Algunos años se ha celebrado por la tarde o por la noche, pero este año toca turno de mañana. Lo primero de todo es desayunar fuerte, y los participantes acuden al mesón La Querencia, en el que reciben las primeras instrucciones mientras toman un café y cogen fuerza con un plato de huevos fritos y bacon.
Este grupo se conoce desde hace años, porque todo el que viene repite y, cada año, llega gente nueva, de ahí el buen rollo entre ellos y su camaradería. El primer tema del día que deben cubrir les lleva a los campos municipales de hockey, donde se está celebrando un torneo deportivo.
Se trata de una iniciativa que lleva celebrándose al abrigo de las fiestas de Sanse y sus organizadores se muestran tremendamente satisfechos de seguir llevando a cabo esta propuesta después de tantos años.
La segunda parada de esta edición convierte en protagonista de las fotos la sesión de Sh´Bam organizada en la Plaza de la Constitución, a la que seguirá la batucada de Hakuna Ma Samba. Música, coreografías y pasos de baile hacen que cada fotógrafo utilice su técnica para buscar la mejor fotografía posible, teniendo en cuenta la dificultad añadida de cada tema o las condiciones meteorológicas, que hoy nos ha traído este domingo de lluvia.
Sin duda, el Rallye Fotográfico es una alternativa estupenda para disfrutar de las fiestas desde otra perspectiva, mezclando cultura, deporte y pasión por la fotografía para inmortalizar momentos que, gracias a estos aficionados, forman ya, parte de la historia de las fiestas.