Laura RODRÍGUEZ / San Sebastián de los Reyes, Madrid /12.04.2019
Se acaba de cumplir un mes de la muerte del escultor Martín Chirino (Premio Nacional de Artes Plásticas 1980, Medalla de Oro de Bellas Artes 1985), uno de los grandes exponentes del arte abstracto español, al que San Sebastián de los Reyes ha despedido con la tristeza de quien despide a un Hijo Adoptivo.
Chirino lo era de esta localidad madrileña desde que fue reconocido con dicho título honorífico en el año 2007, más o menos una década después de que abandonara nuestra ciudad tras haber residido en ella durante más de treinta años.
Conocedor del municipio desde hacía tiempo por cuestiones familiares, Martín Chirino eligió San Sebastián de los Reyes para construir “El Yunque”, la que sería su casa-taller desde 1963, obra de Antonio Fernández Alba (Premio Nacional de Arquitectura 1963 y 2003), arquitecto próximo a El Paso.
Aquí, aunque cerca del casco histórico, Chirino trabajó apartado y rodeado de naturaleza, cuando la ciudad, de poco más de 3.000 habitantes, empezaba a dejar atrás su modo de vida tradicional vinculado al campo.
Chirino, que por aquel entonces empezaba a ganar prestigio en Nueva York y Europa, aglutinó en torno a su casa-estudio de Sanse un movimiento cultural sin precedentes. Aunque, por su carácter íntimo y cultural, apenas permeara al resto de la población, con la que se mezcló poco, en alguna ocasión para ver toros.
De su casa, sin embargo, sí se hablaba. Porque era una construcción peculiar levantada en lo que entonces se consideraba “las afueras”. Una vivienda unifamiliar amplia y despejada en la que tenía su taller junto a un gran patio; una residencia alrededor de la cual, y ante el incipiente desarrollo de la ciudad, empezaron a aparecer bloques de viviendas que, tres décadas después, ahuyentaron al artista.
Y no, no es una historia con final feliz esta que les estamos contando, porque de todo aquello sólo queda la memoria de unos cuantos privilegiados, como Santiago Izquierdo, nuestro cronista oficial. Y de “El Yunque”, la tristeza de haber perdido aquella pieza única de arquitectura que pudo haber pasado a formar parte de nuestro patrimonio.
En su lugar, viviendas que, ahora sí, crecieron en el núcleo central de una ciudad que ya supera los 85.000 habitantes y es Gran Población. Una calle y una travesía (Hontanillas) en la que, solo si se presta mucha atención, los pasos de Martín Chirino se siguen escuchando lejanos.
Un artista que, a pesar de todo, sigue muy vivo en nuestra ciudad gracias a una pequeña calle cercana que lleva su nombre y a la sala de exposiciones Martín Chirino que él mismo inauguró y por la que cada temporada siguen pasando excelentes monográficos y las obras más representativas de grandes artistas nacionales.
Martín Chirino, web oficial